Publicado en "Negocio"
Enero 2010
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, ha descartado la posibilidad de que alguno de los países de la “Zona Euro”, acabe abandonando el “Euro”.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, ha descartado la posibilidad de que alguno de los países de la “Zona Euro”, acabe abandonando el “Euro”.
Se admite, en
general, que los instrumentos de los que los gobiernos disponen para reconducir
una situación de crisis económicas son: el sistema fiscal, el nivel de gasto
público, el tipo de interés, el control de la masa monetaria en circulación y
la variación en el valor de cambio de la moneda nacional.
Permanecer en el
área del Euro es renunciar a una regulación autónoma de los instrumentos de
política monetaria. El control de la masa monetaria en circulación, el tipo de
interés y la variación en el valor de cambio de la moneda, son regulados por una autoridad monetaria
única para todos los países que han adoptado el Euro como moneda propia.
No queda pues más capacidad de maniobra a los gobiernos nacionales
que la que proporciona la utilización del déficit presupuestario, en sus dos
caras; aumentar o disminuir los impuestos y aumentar o disminuir el gasto
público. Ya que la alternativa de abandonar el “Euro” no entra en
consideración, pues los países, que hoy día, podrían sentir la tentación de
adoptarla se convertirían en un paria sin rumbo en el actual contexto de la
economía mundial.
El aumento del “déficit presupuestario” supone
comprometer el futuro del país, que habrá de devolver en los próximos años las
deudas que hoy contraigan. Pero lo más grave es contraer año tras año déficits
desmesurados para mantener el gasto corriente y no para abordar inversiones que
en un futuro sean rentables y compensen los pagos por devolución de las deudas.
En cuanto a la posible disminución de la cuantía del “déficit
público”: El incremento de los impuestos contará con un rechazo importante. También
seria acertado la contención e incluso reducción de los sueldos y salarios de
funcionarios y asalariados del sector público, decisión arriesgada cara a unos
procesos electorales, no tan lejanos, y que nadie tomará.
En definitiva nos sospechamos que gran parte del pago de
la factura de esta crisis, en forma de cancelación del nivel de endeudamiento
del Sector Público, tendrá que ser atendida por nuestros hijos, nietos y generaciones
venideras.
En cuanto a la salida de la crisis, dado el bloqueo que
produce el riesgo preelectoral en cuanto a las decisiones a tomar por el
Gobierno, y a las limitaciones para utilizar los instrumentos monetarios para la
reorientación de las magnitudes macroeconómicas, no nos queda otra opción que
esperar a que los países más potentes de la Unión Europea salgan de ella y
luego tiren de nosotros.
Elisa Martínez de Miguel
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