martes, 18 de septiembre de 2012

Igualdad ¿Qué quieren las mujeres?

Publicado en "Diario Abierto"
Marzo 2011 

A poco aficionados que seáis a la lectura de novelas policíacas o de intriga, los nombres de Henning Mankell, Johan Theorin, Asa Larsson, Mari Jungstedt, o Camilla Läckberg, sin duda os sonarán. La novela nórdica de intriga es cada vez más abundante y variada. En general son buenas, entretienen, mantienen viva la atención durante toda la novela.

Hoy quiero llamar la atención sobre el entorno vital de sus personajes. Hay un denominador común entre ellos, están solos. Sus emparejamientos han resultado fallidos, conservan una relación distante, educada pero de absoluta indiferencia hacia antiguas parejas. Los hijos, con frecuencia hijos únicos, viven  lejos, en ocasiones no se sabe ni donde ni con quien, en Navidad puede que se reciba una tarjeta o a lo mejor tampoco. Los padres ancianos y retirados viven en un asilo, muy decoroso eso si, y una vez al año se le ocurre a los hijos ir a visitarlos.

Hablamos de esos ciudadanos o ciudadanas que mal comen, caliente en muy pocos casos y que su mejor diversión semanal es beber el sábado hasta el límite para dejar pasar el domingo y reintegrarse el lunes a su trabajo.

Estas sociedades se consideran sociedades modelo. El Estado acude a cubrir toda clase de necesidades, si es requerido para ello. Se goza de una gran libertad para dar a la vida propia el contenido que se desee, y la igualdad entre hombres y mujeres es potencialmente absoluta. Es un modelo de sociedad en que el concepto de familia está arrinconado. Jamás desearía vivir en una de ellas.

Prefiero nuestra sociedad centrada y recreada en torno a una familia. Mantener la existencia de este núcleo vital de nuestra sociedad, requiere mucho, muchísimo esfuerzo y en gran parte este esfuerzo ha venido encomendado a la mujer.

La función igualitaria de hombre y mujer en nuestra sociedad no es discutible. Lo que es discutible es la forma en que dicha aportación, potencialmente igual, se realiza y en que medida es reconocida.

Estos días se ponen en candelero la cuestión de la presencia de la mujer en los altos cargos directivos e incluso en los consejos de administración de las sociedades incluidas en el IBEX. Es cierto, la mujer no alcanza la representatividad que al parecer y según su presencia en la obtención de títulos universitarios, doctorados y “masters”, hoy en día superior a los hombres, le correspondería.

No obstante no se  ha hecho un muestreo de que tanto por ciento de mujeres, que pudiendo obtener dichos niveles directivos o puestos en los dichosos Consejos de Administración aceptarían e incluso que habiéndoseles ofrecido los han rechazado. Conozco varios casos. Un hombre nunca diría que no.

Las mujeres hoy en día, somos absolutamente libres de elegir el como repartir nuestro esfuerzo y a que dedicarlo. No es mas valioso quien se sienta en un Consejo y dedica a ello todo o la mayor parte de su esfuerzo, de su inteligencia, de sus capacidades, en resumen de su vida, que la que dedica el mismo esfuerzo, capacidad e inteligencia en mantener una unidad familiar .

Elisa Martínez de Miguel

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