martes, 18 de septiembre de 2012

El Estado de los Ciudadanos

Publicado en "El Economista"
   Junio  2010

Ha habido hace unos días en este país, un debate llamado  “Debate sobre el Estado de la Nación”.

La conclusión a que fácilmente se llega es que una gran mayoría de ciudadanos, no muy entendidos en materia política y económica, están absolutamente hartos y que parte de su imposible paraíso particular es aquel en el que desaparezcan todos los políticos del mapa. Y hay otro grupo de ciudadanos, que en algún modo saben de que va la economía y la política de la nación, que se encuentran en estado de desolación.

Estoy escribiendo sobre los que actualmente y cada vez con mayor reiteración se denominan ciudadanos de a pié. La calificación sólo la encuentro justificada si estamos diferenciando a los que tienen coche oficial y a los que no, los segundos son los de a pié.

¿Qué eco puede tener un debate cuyos momentos culminantes son: “márchese”, “convoque elecciones”, e “intente echarme”, “presente una moción de censura”?. ¡¡¡ Si eso ya lo sabemos todos ¡!! . El que está sentado no se quiere levantar y el que está de pié se quiere sentar. Para llegar a estas brillantes conclusiones no hace falta un debate, ni siquiera una conversación de café.

El debate se debiera llamar y desde luego fijar su contenido en “Debate sobre la situación de los Ciudadanos”. Los ciudadanos quiere que se debata la situación que les afecta en forma directa y que se les ofrezcan soluciones que produzcan un efecto inmediato: ¿Cuanto tiempo va a durar esta situación económica con más de cuatro millones de parados y qué medidas se están tomando para hacerla desaparecer?. ¿Con que medidas se va a resolver la ausencia de crédito a las empresas?, ¿Que se va a hacer con la inmensa corrupción que está impregnando todo el país y que, parece ser, nadie tiene intención de corregir y si de aprovechar? Podría hablarse también de que impacto va a tener la progresiva retirada de subvenciones de la UE, que va a afectar a toda nuestra agricultura o al menos a producciones muy importantes…., en fin, y muchos otros temas de gran importancia. 

Desengáñense, si es que están engañados, señores diputados. El problema inmediato de la mayoría de los ciudadanos, en el momento actual, no es el nivel de inteligencia de uno u otro líder, ni su carisma, ni su capacidad de liderazgo, ni el incumplimiento de promesas echas en campañas electorales. Ni tampoco si determinados agrupaciones de políticos abanderan más o menos autonomías e incluso pronuncian la palabra independencia. Todo ello lo discutiremos o lo discutirán ustedes cuando el ciudadano tenga claro como llegar a fin de mes, que por el momento no lo tiene claro.


Elisa Martínez de Miguel


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