martes, 18 de septiembre de 2012

Progresando Adecuadamente

Publicado en "Diario Abierto"
Diciembre 2010

Se acaban de publicar los resultados de una valoración comparativa del nivel de conocimientos, que en las áreas fundamentales de la enseñanza, tienen las nuevas generaciones de un conjunto de países. De los mismos se deduce una situación bastante lamentable para nuestra juventud, pero nuevamente y con estupor escuchamos a algún político decir que la actual situación de España, en el informe, pone de manifiesto que se “progresa adecuadamente”. Pero ¿hacia dónde?.

En los últimos años hemos visto desaparecer de nuestra sociedad una serie de principios que conformaban la enseñanza, en cuanto a fomento de capacidades para el desarrollo y adquisición de nuevos conocimientos. Principios que han de regir la conducta de todos aquellos que son protagonistas en un proceso educativo: esfuerzo, sacrificio, emulación, competitividad, selección. Debemos aclarar a nuestros hijos, que aprender es una opción que exige esfuerzo y sacrifico, que no es otra forma de juego o diversión, que es cansado y en ocasiones aburrido, pero que dedicar parte de su tiempo al esfuerzo de aprender merece la pena.

Nos encontramos con profesores sin autoridad para imponerse a aquellos alumnos que discrepan de sus criterios de método o disciplina, sin capacidad para expulsar del centro docente a quienes sólo desean el protagonismo del discrepante y dificultan o incluso impiden el desarrollo normal de una clase. Profesores que temen ser agredidos por padres, que en  una supuesta defensa de  los derechos de sus hijos, les atacan física y verbalmente. ¿Creemos que están, estos profesores, en condiciones de ejercer eficazmente su profesión, una de las más nobles y necesarias que existen? Yo creo que no.

Antes que regular, nuevos procesos docentes, nuevos programas, nuevos niveles educativos, antes que abordar dotaciones económicas de todo orden, antes de regalar un ordenador a cada alumno, pongamos exigencia en el entorno humano que ha de permitir el buen desarrollo del proceso docente.

Los docentes han de tener la garantía de que disponen de la autoridad y el absoluto respaldo de la sociedad y de la normativa penal, para establecer el orden en las aulas y en los centros de enseñanza y la seguridad de que cualquier agresión a su persona será duramente castigada.

Y finalmente los alumnos han de estar sometidos a sistemas de evaluación periódicos, que destaquen a los que mejores niveles de conocimientos han adquirido, cualquiera que sea la causa de su nivel. Todos nacemos y somos diferentes, los hay con diferente capacidad para el esfuerzo, con mayor o menor constancia, con diferente facilidad para aprender, con mayor o menor instinto competitivo, con mayor o menor fuerza física y con mejor o peor salud y son estas características las  que hay que potenciar y las que nos permiten encontrar nuestro lugar en la sociedad.

Y será responsabilidad de quien ostente el poder político facilitar el centro y el proceso de enseñanza a cada uno según sus características, y desde luego no todos revueltos y reduciendo niveles de exigencia que hacen el esfuerzo individual irrelevante.

Elisa Martínez de Miguel

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