martes, 18 de septiembre de 2012

La Desamortización que viene

Publicado en "Expansión"
Enero 2011

Mediante un proceso, denominado de desamortización, el Estado enajena bienes públicos o bienes previamente expropiados a particulares. En España durante un periodo, que aproximadamente duró doscientos años, se tuvo abierto un proceso de desamortización que comprendió no sólo bienes de origen eclesiástico previamente expropiados, sino bienes de propiedad pública, en su mayoría de carácter comunal.

Las motivaciones para justificar este extraordinario procedimiento de transferencia de bienes e incluso de reestructuración de la propiedad fueron esencialmente dos: Las necesidades financieras del Estado, amortización de Deuda Publica, que había alcanzado niveles que se consideraron excesivos; Y en segundo lugar; la conveniencia de que propiedades que se consideraban escasamente rentables y que no cumplían adecuadamente su función social de generar riqueza y crear puestos de trabajo pasasen a propietarios más eficaces.

Lo que es cierto es que el Estado resolvió, al menos temporalmente, su problema financiero, con el importe de lo obtenido.

En el momento actual, existen algunas circunstancias que dan que pensar: El déficit público y como consecuencia el endeudamiento del Estado esta alcanzando niveles alarmantes y no claramente sostenibles; La necesidad de reactivar la economía y como consecuencia inmediata incrementar o incentivar la creación de puestos de trabajo, no está claro que no tenga que pasar por un considerable incremento de la contratación pública; La sensación de que el sector público no hace nada útil abordando, mediante su participación a través de entidades con diversa denominación,  actividades en que el sector privado es más eficaz, es permanente y generalizada.

Con este panorama, los medios empiezan a dar pistas sobre: La importante titularidad que el Estado, autonomías y ayuntamientos tienen en bienes inmuebles que podrían sacarse al mercado. Las últimas intervenciones públicas en relación con el Ayuntamiento de Madrid, sugiriéndole paliar su déficit financiero mediante la enajenación de parte de los edificios de su propiedad no es sino una muestra más de esta forma de ir haciendo opinión; Otro sector que entra también en el punto de mira, son las Televisiones públicas autonómicas, deficitarias, pero que en manos de empresas privadas pasarían a ser un gran negocio; también la Sanidad Pública, sector que privatizado y gestionado con criterios de empresa competitiva y rentable se asegura que seria más eficaz y dejaría de ser una carga para los presupuestos públicos, etc.

Como sucedió en su día, los adquirentes serán quienes dispongan de medios financieros suficientes. A algunos no nos parecería mal la privatización de sectores hoy en día públicos, pero en determinadas condiciones, sin que ello fuese a precio de ganga y siempre bajo un órgano de vigilancia serio, que empieza a haber movimientos y hay entidades que no dan “puntadas sin hilo”.

Elisa Martínez de Miguel

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