martes, 18 de septiembre de 2012

Un Gran Pacto Nacional

Periódica  y reiteradamente, surge el tema de un gran pacto nacional entre las dos fuerzas políticas de nuestro país. Hablemos sobre lo que habría que pactar.

La ley electoral. El sentir de la mayoría de los ciudadanos sobre el actual sistema electoral es desalentador y obliga a elegir una gran mayoría de diputados, senadores y concejales, absolutamente desconocidos, y que responden a ese desconocimiento de sus votantes con una clara falta de compromiso e incluso en cumplir con sus más elementales obligaciones de presencia e intervención en debates y votaciones.  

Las Autonomías: Es  evidente que el actual funcionamiento del sistema autonómico es una catástrofe económica e incluso una rémora para la convivencia social. No decimos que sea una catástrofe la concepción del sistema autonómico sino la realidad en como el mismo se ha plasmado.

La Justicia: Con el actual sistema de selección, elección y promoción de los miembros del actual poder judicial difícilmente puede mantenerse la independencia como característica del mismo.

Y por último, otro tema estrella, la energía: Cualquier planificación del suministro energético de esta nación, como de cualquier otra, requiere para su realización y puesta en funcionamiento un periodo que supera con creces los periodos electorales y que con probabilidad ha de ser recogida por gobiernos de distintos partidos que se sucedan en el poder. No hay plan energético viable que dependa de la puesta en humor del gobierno de turno. Tampoco en esta área parece posible un pacto. La impregnación ideológica de las distintas posturas ante el problema de que España es un país gravemente deficitario en energía y brutalmente dependiente de terceros pasa a segundo término.

Se podría pactar sobre muchos otros temas. No quisiéramos que el único pacto al que se llegase fuese: Tu no levantas las alfombras para ver que hay escondido debajo y yo no lo haré en su momento. Tú no tiras de la manta y yo tampoco tiro. Es decir un gigantesco pacto sobre la tolerancia a la corrupción, que tienen, actualmente, a los estamentos políticos totalmente cuestionados, y que se base en: “hoy por ti mañana por mí.”

La única posibilidad que vemos, para salir del circulo absolutamente vicioso en el que nos encontramos, es que centros de pensamiento civil e independientes, generen, expongan y defiendan las líneas estratégicas de por donde la nación debe ser conducida, y que consigan penetrar, con sus propuestas, y con la decidida colaboración de “los medios”, en el sentir ciudadano y que estos, los ciudadanos, olvidándose de ideologías políticas al uso, exijan a cada candidato compromisos claros antes de votarles, y exijan cumplimientos estrictos de las promesas electorales que en su día se les hayan hecho. Cambiemos nuestro voto sin pudor cuando nos sintamos defraudados o engañados.  Y de momento que no nos mareen más con la necesidad de un gran pacto, que actualmente sólo es posible en un mundo virtual que todo lo aguanta.

Elisa Martínez de Miguel
Enero 2012

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