Pero ¿No es el momento, de qué?,
pues no es el momento de encausar judicialmente a personas que, supuestamente,
se han quedado con lo que no es suyo, que, supuestamente, han abusado de situaciones de poder para enriquecerse o
enriquecer a familiares o amigos o que, supuestamente, con la más absoluta
incompetencia han administrado patrimonios ajenos arruinando a numerosas
personas que les habían otorgado su confianza.
Pudiera ser que las dichas personas
no sean culpables de actividades o actos delictivos. Lo que parece indudable es
que se prestó dinero a quien no tenía ni
tendría capacidad para devolverlo, que financiaron gigantescas estructuras sin
disponer de fondos para hacerlo y parece indudable que por motivaciones
políticas, que no económicas, se han financiado proyectos cuya rentabilidad no
era previsible ni la recuperación de lo prestado posible.
Esta probado que esto se ha hecho
con dinero y crédito de entidades públicas, que estas si eran de todos, y que
estas entidades han quedado arruinadas, que ha habido que disolverlas y tras
extraños procesos de fusión hacerlas desaparecer, con gravísimo perjuicio para
el patrimonio público de los ciudadanos
Yo no me puedo creer que nuestra
legislación no prevea, en ninguno de sus numerosos textos ya sea Código Penal,
Código Mercantil, Legislación societaria o legislación aplicable a la gestión
pública, que las conductas que se han puesto de manifiesto no den lugar al
menos a que a los responsables de las debacles financieras producidas, de las
quiebras y suspensiones de pagos generadas, que ante la ruina causada a cientos
de empresas y particulares y la responsabilidad, desde luego indirecta, en la
catastrófica situación de la economía del país, no existan argumentos para que
las Fiscalias de este país pongan a disposición de los tribunales de justicia a
los interesados.
La sensación o convencimiento, que
tiene la ciudadanía, de que la
“Impunidad ” es la norma general que rige para las actuaciones
de las personas integradas en cierto nivel social, es absoluta.
Es el momento. Decir que no, es
colaborar en los procesos de impunidad si hay culpabilidad y en los de
desaliento, insolidaridad y desintegración del país si son inocentes y no se
aclaran las situaciones.
¿Cuándo va a ser el momento?: ¿Cuando
la situación general de la economía española se haya estabilizado y sepamos
cuantos años de ruina nos quedan hasta volver a mantenernos con una cierta
dignidad en los foros internacionales?.
Para entonces habrá una absoluta
desconfianza en los gestores públicos y tristemente también en la denominada,
Justicia Española. Los posibles delitos habrán prescrito y la responsabilidad
patrimonial derivada será prácticamente inexigible. Es decir impunidad total.
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