Noviembre 2010
Con anterioridad a la crisis
económica en la que hoy estamos sumergidos, la demanda de directivos por las
empresas, era amplia y constante. La crisis económica ha trastocado los papeles
y hoy en día la demanda, y es intensa, se produce por buenos directivos que han
visto desaparecer sus expectativas inmediatas y buscan un nuevo lugar para seguir
desarrollándose profesionalmente o para sobrevivir un tiempo, cuya duración actualmente
no se prevé. La actual situación económica y su negativo reflejo sobre el
mercado laboral, están abriendo las miras de muchos profesionales que se han
quedado en el paro.
Un número importante de los
demandantes son gente joven, con una magnífica preparación y un “curriculum” espectacular.
Hoy por hoy la posibilidad de que encuentren trabajo en España es bastante
improbable, sin embargo la demanda internacional de directivos para empresas
españolas, es cada vez más importante y no es fácil encontrar profesionales suficientes
dispuestos a cubrir esta demanda. En nuestro país la movilidad internacional
sigue siendo una asignatura pendiente, aunque a las nuevas generaciones le
cueste menos hacer las maletas.
Con independencia de su preparación
y una cierta experiencia en la actividad que se pretende cubrir, es desde luego
imprescindible el dominio del idioma inglés, el inglés es el idioma del Imperio
y del mundo de la empresa, como en su día lo fue el latín de Roma.
El mercado nacional para posiciones
ejecutivas se ha estrechado muchísimo, uno de los motivos es que gran parte de
las empresas españolas están dirigiendo sus inversiones hacia mercados en
crecimiento, algunas de ellas generando más del 50% del negocio fuera de
España. Otro de los motivos es que cada vez son más las multinacionales que
concentran sus posiciones corporativas en una central de servicios compartidos,
por lo que el directivo que quiera seguir desarrollándose profesionalmente en
dicha compañía debe tener movilidad internacional. El momento impulsa y la
situación actual de mercado nos está forzando a plantearnos nuevos retos.
Aunque hemos mejorado mucho de unos
años a esta parte, dicen los estudios que el número de demandantes de empleo
para trabajar fuera de nuestro país, se ha duplicado en los dos últimos años
coincidiendo con la recesión económica, sorprende en general el rechazo de los
directivos a salir de España, tradicionalmente los españoles no han sido muy
propensos a la movilidad geográfica.
Los argumentos suelen ser varios, la
mayor parte de las veces de carácter familiar, desde la necesidad de que la
pareja habría de dejar su actual actividad, problemas con la escolaridad de los
hijos o la inquietud del retorno a casa. La verdad es que la posibilidad de que
la pareja encuentre una actividad remunerada en el lugar de destino es alta y
la sanidad y la escolarización están igualmente garantizadas, el tema de la
vuelta es el que realmente obsesiona a los que están fuera, ya que es cierto
que una vez que consigues volver, las ofertas que recibes suelen tener que ver
con tu perfil internacional y con proyectos de nuevo en el extranjero.
En la situación actual de la
economía española con tres años ininterrumpidos de crisis laboral, cada vez nos
encontramos más profesionales que se plantean continuar su carrera profesional
fuera de España, sobre todo en mercados emergente, Latinoamérica, China,
Emiratos Árabes y Norte de África, son los países que tendrán mayor afluencia
de directivos españoles, ya que aunque Europa continúa siendo el destino
preferido por el 50% de los españoles que buscan trabajo en otros países,
incluso aquellos países europeos que han iniciado la recuperación no serán
demandante de empleo en varios años. La supervivencia de muchas empresas pasa
por la apertura de nuevos mercados.
Algunos estudios aseguran que casi
un 40% de los directivos encuestados se irían a trabajar fuera del país si les
surgiera alguna oportunidad interesante, eso habría que verlo. Los jóvenes lo
tienen más claro, parte de su futuro profesional pasa por desarrollar su
carrera fuera de España, ya que esta generación, ha desarrollado una capacidad
de visión global e internacional del trabajo superior a la de sus padres, están
mejor preparados y quieren formar parte de un mercado global, llegando a
considerar relevante para acepta una oferta laboral, que la empresa que le
contrate le ofrezca la oportunidad de adquirir experiencia en un país
extranjero, teniendo a demás la ventaja de que en la actualidad muchas empresas
españolas trabajan a escala internacional. La intención de movilidad de los más
jóvenes es muy superior a la de generaciones anteriores.
Necesitamos generar en la formación
de nuestros potenciales directivos, el interés y la pasión por el riesgo y la
aventura. Integrarse en una nueva sociedad, en una nueva cultura tiene riesgo
pero hoy día es muy limitado. Había más riesgo en quien hace ochenta años partía de Sevilla a Barcelona o de
Madrid a Bilbao, que en los profesionales que hoy día marchan a la India o a la
China, y no digamos si se trata de cualquier nación de Latino América o del
Norte de África, países con un absoluto desarrollo creciente. Riesgo puede
haber, pero el desafío de conseguir éxito es absolutamente tentador.
Es muy probable que durante los
próximos años, no me atrevo a decir cuantos, los empresarios españoles tengan
que buscar su crecimiento, su desarrollo o su supervivencia, fuera de nuestras
fronteras y, es mas, fuera de Europa, tal como actualmente lo están haciendo,
con una audacia digna de ovación, que permanentemente produce asombro, y con un
éxito muy notable. La demanda de directivos es muy necesaria y casi exclusiva en
esta expansión. Si nuestros directivos españoles no cuentan con la preparación,
que si que la tienen y con el ánimo de correr aventura y asumir riesgos, serán
sustituidos por los procedentes de otros países con mucha más movilidad, que van
a buscar trabajo allí donde lo hay y ocuparán los puestos disponibles.
Aprovechemos esta oportunidad.
Elisa Martínez de Miguel
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